Volver

CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS Y SAL

Nuestros antepasados paleolíticos utilizaban las técnicas de frío y secado (mediante la exposición al sol) para conservar productos como la carne o el pescado. Estos procesos permitieron a las primeras civilizaciones organizar sus reservas alimenticias, a pesar de que dependían mucho de las condiciones climáticas de la zona. 

 

Por ello, el uso de productos como la sal, el vinagre, la grasa y el azúcar marcó un antes y un después en la historia de la conservación de alimentos. Gracias al poder antiséptico de estos, se evita la aparición de microorganismos que estropean y pudren los alimentos.

 

En Sal Costa nos centramos en algunas de las técnicas más populares:

 

Salazones: se extrae el agua de los alimentos recubriéndolos de sal fina. Ejemplos: jamón serrano, bacalao, aceitunas, arenques, etc.

 

Salmueras: se trata de una técnica de conservación de alimentos en la que estos se cubren de una preparación a base de agua, sal y otros condimentos como el vinagre. Ejemplos: encurtidos, boquerones, codillo, etc.

 

Ahumados: interviene la técnica de la salazón y se expone el alimento a una fuente de humo proveniente de un fuego realizado con madera de poca resina. Ejemplos: chorizo, queso, salmón…e incluso la propia sal.

 

Escabeches: esta base de aceite de oliva, vinagre y sal es una de las técnicas más tradicionales de nuestra gastronomía y protagonista de la hora del aperitivo: ventresca, mejillones, codornices…

 

Con estas técnicas puedes preparar fácilmente tus propias conservas caseras. ¿Te atreves con ellas?