La trucha es un pescado muy arraigado a nuestra cultura culinaria. Muestra de ello son algunos platos típicos de nuestra gastronomía regional como la Trucha a la Navarra, la Trucha a la catalana, la Trucha a la aragonesa o la Trucha a la sidra asturiana. Pero ¿conoces sus beneficios y cómo prepararla?

Entre las numerosas especies de trucha que existen, en España las más conocidas son la Trucha común o de río, que se encuentra en aguas frías de alta montaña y la Trucha marina o reo, muy común en aguas del Atlántico. También son conocidas y apreciadas la Trucha arco iris, la Trucha de lago, la Trucha de garganta cortada y la Golden Trout.

El consumo de este pescado es adecuado para todo tipo de dietas por ser un pescado semigraso (3g /100 g de carne), de bajo valor calórico y de fácil digestión. Entre sus propiedades nutritivas tiene un interesante aporte de potasio, necesario para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y la actividad muscular, y el fósforo presente tanto en dientes como en huesos. Entre los minerales también se encuentra, en cantidades más moderadas, el sodio, el magnesio, el hierro y el cinc. Con respecto a las vitaminas, destaca la presencia de las del grupo B, la B3, B1 y B2.

Para su preparación no tendrás grandes dificultades para retirar las espinas. Lávala con poca agua para que la carne no quede muy acuosa y déjale la cabeza durante toda su elaboración.

Puedes preparar la trucha asada, frita o a la plancha y acompañarla de gran variedad de salsas, guarniciones a base de verduras y patatas, espolvorear algunas especias como el perejil, laurel, albahaca o eneldo e incluso rellenarla de jamón o verduras. De todas las opciones posibles, en Sal Costa nos quedamos con una receta fácil y muy saludable: Trucha a la sal. ¡Qué rica acompañada de patatas al vapor!