Nos gusta descubrir curiosidades sobre la sal y, ¿por qué no lugares de sal? Esta vez hemos escogido el Salar de Bonneville que se encuentra en el oeste del estado de Utah en Estados Unidos.

Antiguamente, el lugar lo ocupaba el Lago de Boneville. Pero al secarse, la zona de 12.000 hectáreas se convirtió en un precioso desierto de sal, que a nuestros ojos parece un gran lago helado cubierto de nieve. Con la luz del día incrementa el brillo de la sal y gracias a la inexistencia de vegetación a sus alrededores aumenta la sensación de encontrarse en un espacio infinito. Además, en días en los que se alcanzan temperaturas muy altas, las olas de calor se elevan desde el suelo salado y crean en él espejismos de grandes charcos de agua.

Para los amantes de la velocidad se trata de un templo sagrado. Se celebran numerosas pruebas con la intención de batir continuamente records, superando registros de hasta 600 millas por hora. El salar, además de ser punto de encuentro para aficionados del motor, se usa como almacenaje militar, como área restringida para pruebas científicas y como localización idónea para rodajes de películas y series de televisión.

Un lugar emblemático y curioso, ¿verdad?