El magnesio es un mineral esencial que se encuentra en todas nuestras células y huesos, siendo el quinto elemento más abundante de nuestro organismo.

Pero si es tan abundante, ¿por qué necesitamos seguir consumiéndolo?

Se considera vital para el correcto funcionamiento del organismo, en especial, del corazón, de las arterias, del sistema óseo, nervioso, endocrino y digestivo. También destaca su papel en la activación de vitaminas y enzimas, proteínas y anticuerpos y capta la energía solar potenciándola y formando compuestos químicos que los organismos sintetizan después. Popularmente, se le conoce como el mineral antiestrés por estar recomendado en tratamientos contra la depresión y el estrés, ya que previene la ansiedad, las fobias y el insomnio. Además ayuda al rendimiento de los estudiantes desde muy temprana edad, y de la población en general en el ámbito laboral.

La ingesta diaria de magnesio recomendada está entre los 300 y 350 mg/día para los hombres y 280 mg/día para las mujeres, entre 320 y 350 mg/día en el caso de las embarazadas. Su carencia podría verse reflejada en síntomas como la hipertensión, alteraciones gastrointestinales, debilidad muscular, fatiga, somnolencia, perdida de apetito, náuseas o el deterioro de la capacidad intelectual, entre otros.

Hay alimentos que son una gran fuente de magnesio como el cacao, las semillas y frutas secas, el germen de trigo, la levadura de cerveza, los cereales integrales, las legumbres y las verduras de hoja. También, pero en menor cantidad, la carne, los lácteos y las frutas.

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