El boquerón es uno de los pescados azules más consumidos en nuestro país. A pesar de que en algunas zona de España se le llama también anchoa, el término se usa para el boquerón que ha sido tratado en salazón.

La mejor temporada para su consumo es entre los meses de abril y junio, cuando los bancos de boquerones ascienden de las profundidades de las aguas y su carne está en el nivel óptimo de grasa y sabor.

Como cualquier otro pescado azul, es un pescado graso, con alto contenido en omega-3 ayudando así a la disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos y a la fluidez de la sangre en prevención de la formación de coágulos o trombos.

En cuanto a las vitaminas, contiene del grupo A que contribuyen al mantenimiento y crecimiento de las mucosas, piel y otros tejidos y a la resistencia frente infecciones, y del grupo D que ayudan a regular los niveles de calcio, favoreciendo su absorción y fijación a los huesos. También es fuente de magnesio, yodo, hierro y calcio, este último si se consume entero, con espinas.

Su consumo es un inconveniente, por su contenido en purinas (ácido úrico), para personas que padecen hiperuricemia o gota, y por su alta cantidad de sodio que ocasiona problemas a personas con hipertensión o retención de líquidos.

En nuestra cocina lo preparamos de muchas formas diferentes. Las más típicas son los boquerones fritos, riquísimos acompañados de un buen gazpacho o salmorejo, al pil pil o con un toque de guindilla, como se consume en la costa del norte, o en tapa, tanto en vinagre como en salazón (anchoa) con una cerveza bien fresca. ¿Quieres preparar tus propias anchoas en casa? Con Sal Costa Alta Cocina te enseñamos cómo.