Ya estamos en pleno invierno y algunas zonas de España están sufriendo más que otras las bajas temperaturas y las tormentas de nieve.
Algunos lugares son más previsores que otros y echan sal antes de las nevadas. Otros, les pilla la nieve por sorpresa y esparcen la sal en las calles y carreteras de las poblaciones después de las nevadas. Pero ¿por qué usamos sal?
La sal se esparce homogéneamente tanto por previsión como por remedio, con el objetivo de ayudar a que la nieve se derrita a mayor velocidad. Como se trata de cloruro de sodio, hace que la nieve al entrar en contacto con ella se derrita más fácilmente y la mantiene en estado líquido a pesar de las bajas temperaturas - hasta los -21ºC – evitando también así las peligrosas placas de hielo.
Su bajo contenido en insolubles no deja residuos en calzadas o aceras, ahorrando la limpieza de éstos y minimizando el riesgo de resbalones de los peatones.
Sal Costa, además de su línea de productos para alimentación y para el uso del lavavajillas, también cuenta con una gama de productos para uso industrial en el que se incluye sal para el deshielo.