A orillas del Mar Atlántico, en la región del Loira, encontramos un pueblo francés con mucho encanto: Guérande.

Una de sus principales atracciones turísticas es su fortificación medieval (1343 - 1488) que permanece prácticamente intacta a pesar de los siglos, lo que la ha convertido en una de las murallas mejor conservadas de Francia. Otros lugares imprescindibles son la Colegiata gótico-renacentista de Saint Aubin y la Capilla gótica de Nuestra Señora La Blanca, rincones que seguramente inspiraron a aristas como Flaubert o Balzac.

Además de su interés cultural, otro de sus reclamos es su industria salinera. Su mosaico de salinas en la Península de Guérande funciona desde la época romana y sigue en activo gracias a la extracción de sal mediante procesos artesanales ancestrales. Durante los meses de verano recogen sal marina y sobre todo su bien más preciado: la delicada flor de sal con la que los salineros presumen de Rouge Label.

¿Te apetece una escapada gastronómica cultural a la costa francesa?