Los meses de primavera son los mejores para consumir una de las hortalizas más preciadas en la gastronomía española, la cebolla. Existen hasta 500 especies distintas que se pueden clasificar según uso: para cocinar, como las cebollas blancas, rojas y los puerros, para consumir en crudo, como las cebolletas, y para encurtir, como las cebollas de menor tamaño.

A nivel nutricional, podemos decir que la cebolla tiene muy poco aporte calórico por la gran cantidad de agua que contiene (alrededor del 90%). Respecto a su composición, la cebolla es una buena fuente de potasio, - un elemento esencial para la transmisión y generación del impulso nervioso de nuestro organismo y para la actividad muscular de nuestro cuerpo -, y de fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal. En lo referente a las vitaminas, las cebollas son ricas en vitaminas del grupo B que ayudan en la producción de glóbulos rojos y blancos y en la formación de anticuerpos.

La cebolla se puede consumir tanto cruda como cocinada: asada, salteada, frita o rehogada. Incluirla en guisos, tortillas, cremas y sopas de verduras siempre será una buena opción para dar mayor sabor a nuestros platos. También sirve como acompañamiento ideal de pescados, carnes, verduras y de otras hortalizas.  ¿Y quieres saber un truco que te va a gustar? Si la cortas y las pones 20 minutos con agua y sal, verás como no pica. 

Como siempre, en Sal Costa te proponemos algunas recetas para elaborar con ingredientes de temporada: Atún con costra de pimientas y sal y salsa de mango, Verduras a la plancha con salsa romesco y un toque de Essentiel o Chile con carne.

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