Con la llegada del otoño damos la bienvenida a formas, colores y aromas. Níscalo, galamperna, rebozuelo, hongo negro, champiñón… existe una gran variedad de setas comestibles que conquistan los paladares gracias a su agradable sabor y distintas texturas.

Si hablamos de sus propiedades nutritivas destacamos, en primer lugar, su bajo contenido calórico. Además, contienen ergosterol: una sustancia propia de los tejidos vegetales que  tiene el beneficio de convertirse mediante procesos naturales en vitamina D. Esta favorece la absorción de calcio y de fósforo. También son una buena fuente de yodo, potasio y fósforo, minerales necesarios para el crecimiento, la actividad muscular y la obtención de energía. Respecto a las vitaminas, las setas son una interesante fuente de vitamina B2, que ayuda en la producción de anticuerpos y glóbulos rojos, y de vitamina B3 que juega su papel en la creación de hormonas sexuales.

Respecto a su consumo, debemos conocer muy bien la variedad que vamos a escoger. Existen algunas venenosas que pueden tener aspecto similar al de algunas clases comestibles. Por ello, ante la duda, es mejor desecharlas y dejarse aconsejar por expertos. 

Una vez hemos seleccionado las setas solo falta prepararlas para su consumo. Son conocidas por ser protagonistas de un gran número de platos tradicionales de la cocina mediterránea: rissottos, estofados, pasta rellena, pizzas, cremas, revueltos y un amplio etcétera. En Sal Costa tenemos algunas recetas como Champiñones con nata o Chuletas de cordero con salsa de champiñones.

Pero en Sal Costa también queremos darte algunas ideas para preparar distintos tipos de conservas para así disfrutarlas durante todo el año:

En aceite. Hervir las setas en agua durante un par de minutos y meterlas en botes de conservas, añadiendo sal, hierbas aromáticas y cubriéndolas de aceite.

En sal. Secar las setas hasta que pierdan toda la humedad y meterlas en un bote de conserva, alternando una capa de sal con una de setas. La última capa antes de cerrar el bote herméticamente tiene que ser de sal.

En salmuera. Escaldar las setas durante dos minutos. Escurrir y meterlas en un tarro. Preparar la salmuera (1 litro con 75 gramos de sal) y verterla en el bote cubriendo las setas. Añadir un dedo de aceite antes de cerrar.

Con estos trucos y recetas… ¡toca experimentar con setas!