Con la primavera llega la patata nueva. ¿En que se diferencia de la vieja? A simple vista, son más pequeñas, tienen una piel lisa y más fina y su carne es más blanca y acuosa.

Si hablamos de su composición nutricional también es diferente. La patata nueva al ser más acuosa tiene menos almidón y menos calorías que la patata vieja. Gracias a sus bajos niveles en potasio y sodio, menores a los de la patata vieja, su consumo es recomendable para personas que padecen problemas renales o deben seguir dietas bajas en sodio.

En lo que se refiere a vitaminas, son una fuente rica en Vitamina C pero al hervirse pierden parte de éstas. Por eso, siempre que se pueda, hay que prepararlas al vapor y dejarles la piel ya que es en esta parte donde tiene sus principales propiedades nutricionales.

Sobre su preparación ya sabéis de la infinidad de sus posibilidades: fritas, al horno, al vapor o cocidas. Como plato principal con verduras, a modo de nuestra tradicional tortilla, como guarnición de carnes y pescados, en guisos, rellenas, gratinadas o acompañadas de una gran variedad de salsas, desde una brava a un chutney de tomate.

Como siempre tenemos preparadas algunas recetas para ti: Cremoso de patata con huevo poché, brotes de verduras y sal o Salmón en costra de sal, pimienta rosa y tomillo con guarnición de patatitas doradas. ¿Te apetecen?