El otoño se caracteriza por la entrada del frío, sus colores tostados y por una cocina tradicional y sabrosa con ingredientes como las castañas, las setas y la carne de caza.

La carne de caza se caracteriza por tener un color rojo más oscuro que se pronuncia con la edad del animal, intensificándose el olor y el sabor de su carne. En esta categoría podemos encontrar gansos, patos, pavos salvajes, venados, jabalíes y conejos entre las piezas de caza más comunes en España.

Esta carne contiene menos grasa que otras y es rica en proteínas, hierro y fósforo como también en magnesio y potasio. Además, está libre de residuos de hormonas, fármacos y antibióticos que suelen contener los animales de abasto. El inconveniente principal es que su contenido de colesterol es similar al del resto de carnes.

Cuando las adquirimos en la carnicería, las piezas ya han sido suficiente maduradas, le han quitado las vísceras para que la carne no se deteriore, pero se mantiene la piel para que no pierda ni el sabor ni la jugosidad. En el momento de preparar la carne, tenemos que tener en cuenta dos cosas: la primera es que hay que limpiar la carne con un trapo húmedo y no con agua, ya que ésta retiraría la sangre y la carne quedaría seca. La segunda recomendación es que no hay que olvidar que la carne de caza requiere de un mayor tiempo de cocción, que el resto de carnes, por su firmeza.

Para prepararla, desde Sal Costa recomendamos sazonarla al final del cocinado, para que no pierda líquidos y la carne no se reseque. Puedes optar por usar Sal Costa Tradicional como también por dar un toque más gourmet a tus platos con la sal en escamas Essentiel. Y si quieres innovar en la cocina, aquí tienes una receta de cocina a la sal pensada para ti. ¡Disfruta cocinando!