En muchas ocasiones hemos hablado de lo importante que es el agua para nuestro organismo. Gracias a ella, las funciones vitales de todos los órganos funcionan correctamente y los nutrientes que absorbemos llegan a cualquier parte del cuerpo.

Por todo ello, se recomienda un consumo diario de dos litros de agua, teniendo en cuenta aquellos alimentos que ya de por sí contienen agua, como frutas y verduras.

¿Qué podemos hacer para tomar la dosis de agua recomendada? Te damos algunos trucos:

Seguir la regla de los 8 vasos. Toma dos vasos de agua durante las principales comidas (desayuno, comida y cena) y bebe otros dos durante el resto del día. Así de fácil.

Probar aguas saborizadas. Si el agua te parece demasiado sosa, añádele limón y unas hojas de menta. La convertirás en un refresco natural ideal para eliminar líquidos.

Añadir picante a la comida. El agua ayudará a “apagar el fuego”. Eso sí, ¡hazlo siempre con moderación!

Llevarse una botella de agua a todas partes. Hazte con una botella de acero inoxidable o de plástico apto y rellénala de agua tantas veces como quieras.

Y para acabar, hablemos de la importancia de añadir sal a nuestros alimentos. ¿Qué tiene que ver la sal con el agua? Al consumirla, no solo añadimos sabor a nuestros alimentos, sino que también alargamos la vida de éstos al retener el agua que contienen. Además, la sal nos ayuda a reponer nuestras reservas de minerales y electrolitos, esenciales para nuestro correcto rendimiento.

Ya sabes, ¡agua y sal para el cuerpo!